La importancia de la predisposición / programación
Hace unos días os hablaba sobre lo mucho que me costaba levantarme los lunes para salir a rodar. Al hilo de esta idea, comparto otra reflexión con vosotros.
Comentaba que, a pesar de ser un rodaje de 45 minutos (o quizás gracias a ello), me costaba más salir de la cama que otros días a priori más duros. “O quizás gracias a ello”, ahí está la clave de este post. Es una idea que lleva un tiempo rondándome la cabeza y que suelo madurar en los rodajes.
Consciente o inconscientemente, cuando planifico un entrenamiento, mi mente se va preparando pare este entrenamiento y recoloca su umbral en torno a la exigencia del mismo. Si me toca un rodaje de 45 minutos (típico entreno de lunes), éste será el umbral para el lunes. Si el martes me toca un entreno de 8 repeticiones de 1.000m, por ejemplo, el umbral mental se sitúa en 8 repeticiones de 1.000m y así sucesivamente.
Es la conclusión a la que he llegado tras unos cuantos entrenamientos y tras hacerme preguntas como las siguientes: si estoy haciendo un rodaje y tengo las piernas tocadas, ¿cómo voy a hacer las series de mañana?; si me ha costado levantarme y solo tenía un rodaje suave, ¿quién va a conseguir levantarme de la cama mañana para hacer unas exigentes series?
Son reflexiones sin mayor fundamento que el sentimiento. He predispuesto y he programado mi cuerpo para un determinado nivel de esfuerzo y ahí es donde se sitúa mi umbral. Supongo que detrás de todo esto también está la exquisita planificación de Sasoituz, que saben cuándo meter cada tipo de entreno.