La semana pasada os hablaba sobre el Índice de Felicidad y la tasa de suicidios y Gabriel Beldarrain me respondía lo siguiente:
Gabriel Beldarrain
Muy interesante. Se podría enriquecer el análisis con la esperanza de vida, muy ligada al ‘valor de la vida’ en esos países. Como teoría, podría proponer que cuanto más valor damos a nuestra vida, menos queremos vivir una ‘mala vida’ y podemos llegar al suicidio.
Me he hecho con los datos de la esperanza de vida (life expectancy) y de la esperanza de vida saludable (healthy life expectancy) para tratar de dar respuesta al comentario de Gabriel.
Esperanza de vida
Japón, Suiza y España se coronan como los países con mayor esperanza de vida. En el otro extremo, Lesotho, República centroafricana y Sierra Leona (todos africanos).
Esperanza de vida saludable
Repiten los mismo países aunque se intercambian las posiciones tanto por arriba, donde se destaca Singapur como por abajo donde República centroafricana hace lo propio).
Cruzando ambas variables, podemos obtener el número de años no-saludables que una persona espera vivir dependiendo del país en el que habite.
Bahrain, Argelia e Irak son los países donde más años no-saludables vive la población. Sierra Leona, Lesotho y Costa de Marfil son los países donde menos años no-saludables vive la población.
Si miramos en términos relativos, los habitantes de Yemen vivirán un 15,62% de su vida de forma no-saludable mientras que los habitantes de Singapur solo lo harán en un 8,08%.
Podríamos pensar que la esperanza de tener que vivir muchos años saludables podría llevar a elevar las tasas de suicidio.
El gráfico deja bastante claro que ambas variables no están correlacionadas. Si aplicamos el test de Pearson en R, obtenemos que, efectivamente, la correlación entre ambas variables (0.11) no es estadísticamente significante(p = 0.18 > 0.05).
¿Probamos con la esperanza de vida saludable y la tasa de suicidios?
Cuesta verlo pero parece que puede haber una correlación más fuerte. ¿Lo comprobamos con el test de Pearson?
La correlación entre ambas variables (0.25), en este caso, sí es estadísticamente significante (p = 0.0023 < 0.05).
Parece que, como apuntaba Gabriel, la expectativa de vivir más años de forma saludable aumenta el valor que damos a la vida y, el temor a perderla, provoca más suicidios.